El Día de Jerusalem y la conmemoración de la batalla en la Colina de las Trincheras.



Al hablar del Día de Jerusalem, necesitamos también hablar sobre la Batalla de las Trincheras ocurrida en Junio de 1967. Ambos temas van de la mano, una de la otra. Es cierto que cuando escuchamos la palabra "Jerusalem", pensamos en la Ciudad Vieja, El Kotel (conocido como el Muro de los Lamentos), el Shuk (el mercado árabe), y los diferentes lugares sagrados que cada persona puede encontrar es esta grandiosa y única Ciudad.

El pasado 11 de mayo, Israel celebró el Día de Jerusalem. Lo primero que hicimos fue ir a la ciudad vieja de Jerusalem. Allí vimos una gran fiesta. No, no había banda musical alguna o comida; simplemente personas bailando con la bandera de Israel en su mano. Soldados, jóvenes y mayores se unían al júbilo de aquella ocasión para bailar la HORA (el baile típico israelí) con la bandera de Israel. No había tantas personas como esperaba, pero ¡fue grandioso!

Canciones, bailes y alegría se esparcían por la Santa Ciudad de Jerusalem. La alegría era contagiosa, fuimos invitados a bailar, y naturalmente bailamos y celebramos del Día de Jerusalem con las personas que allí estaban. También rezamos y pedimos a D-s que nos ayude a conservar a Jerusalem por siempre.





Luego, de allí tomamos el bus # 1 a la "nueva" ciudad, la ciudad fuera de las murallas, para tomar el bus # 19 y llegar a la Colina de las Trincheras.

Recuerdo que la última vez que estuve allí, fue apenas unos cuantos años después de la Guerra de los Seis Días. En aquel entonces, no recuerdo haber visto un museo o fotos o dibujos que vi hoy. Mi memoria me lleva a recordar aquel soldado que me llevó a esta Colina y me contó de sus experiencias en aquella sangrienta batalla: me habló acerca de sus amigos, sus sentimientos, ...

Aquí te muestro la entrada a la Colina de las Trincheras.


Hoy, que regreso nuevamente a este histórico lugar me encuentro con un museo construido en uno de los viejos búnkeres de esta colina. Veo fotos, un mini video y escucho la canción que hacía años no escuchaba. Mi piel se eriza y una que otra lágrima corre por mi mejilla cuando leo las cartas que algunos de los soldados escribieron por última vez a sus seres queridos.



Ya no hay cercas hechas de alambres de púas,

ya no hay trincheras por donde caminar y "esconderse",

tan solo piedras que encuentro en mi camino y me "cuentan" historias.

Eestas piedras fueron testigo de lo que ocurrió aquí en junio del '67. En Israel hay piedras que hablan, que sienten, que escuchan... Estas piedras me cuentan de la valentía de estos jóvenes paracaidistas, de la emoción que sintieron cuando luchaban por devolvernos la ciudad de Jerusalem, por darnos la oportunidad de venir y ver y acariciar el Kotel, de sentir el olor de la Ciudad que nos estuvo negada por años al pueblo judío.

Aquí tienes un link donde podrás escuchar la canción sobre la Colina de las Trincheras y ver algunos de los soldados que participaron fieramente en esta batalla en גבעת התחמושת (Colina de las Trincheras) el 6 de junio de 1967, el segundo día de la Guerra de los Seis Días. http://www.dailymotion.com/video/x9dil3_ammunition-hill-song-idf-musical-te_music

Aquí también te muestro dibujos que hizo uno de los soldados después (o tal vez durante para olvidar un poco)de la batalla cuerpo a cuerpo en Giv’at Hatachmoshet.













Ya cuando nos íbamos de la Colina, nos encontramos con un grupo de soldados paracaidistas. Su boína y botas rojas los identifica y diferencia de otros grupos de soldados. Ellos estaban esperando el gran evento que honraba a su compañeros del regimiento. Este grupo no tendría más de 18 ó 20 años, la misma edad de aquéllos que lucharon en la Colina que nuestros pies pisan ahora. Aquellos soldados que dieron su vida para que hoy pudiéramos regresar al Kotel, a la Ciudad de David sin miedo, sintiendo la libertas que sentían aquellas paloma suqe vimos esta mañana volando cerca del Kotel.

Les tomamos fotos a estos soldados, estaban almorzando, a uno de ellos le pregunté:"?האוכל טעים[¿Está la comida rica?], y con una gran sonriza me respondió: אין מן אוכל של אמא [¡No hay como la comida de mamá!] Tienes razón le dije y agregué muchas gracias por ciudar de nosotros.







Hasta pronto!